lunes, 12 de abril de 2010

MADRID - BARÇA O EL TRIUNFO DEL ESTILO

El pasado sábado pudimos ver uno de los partidos más esperados de los últimos años, un Real Madrid - F.C. Barcelona que, al morbo habitual del encuentro sumaba el hecho de que ambos equipos llegaban empatados a puntos, con números de record histórico y con una ventaja abismal respecto al resto de equipos de la liga. A priori parecía el partido decisivo por el título, casi una final, y un Clásico igualado. Al duelo entre equipos había que sumar los pequeños duelos individuales entre grandes jugadores, varios de los mejores del mundo: Cristiano Ronaldo contra Messi, Casillas contra Víctor Valdés, Xabi Alonso contra Xavi Hernández; sobraban los adjetivos y solo faltaba echar a rodar el balón.

El partido no engañó, retrató la situación de cada equipo. El Barça es un conjunto tremendamente trabajado, comprometido con un estilo, solidario y preciosista, que juega con la paciencia que le da saber que su forma de entender el fútbol es la que mejor resultado le va a dar, y el sábado lo demostró. El Madrid se mostró como un equipo que aun parece en formación, en el que se adivinan grandes virtudes pero cuyos triunfos acaban floreciendo de sus extraordinarias individualidades, en sus derrotas de esta temporada se vislumbra que se le atragantan los equipos con buena organización defensiva (Sevilla, Lyon, Athletic, Osasuna), lo que habla de falta de alternativas de juego combinativo, no atacan como un equipo, sino más bien como una suma de individuos.






Las alineaciones titulares mostraban una obsesión en ambos entrenadores: poblar el medio del campo. En el Madrid, ante el convencimiento de que esa es la única forma de frenar al Barça, formaron Gago, Marcelo, Xabi Alonso y Van der Vaart con la clara consigna de desactivar fundamentalmente las conexiones entre Busquets y Xavi, con el holandés sobre el joven Sergio y el argentino con la función de secar al mejor jugador de la última Eurocopa. Para el Barcelona, poblar el centro es una cuestión de principios irrenunciables, en la línea media es donde se disputa la posesión y para Guardiola tener el balón es la piedra angular de su fútbol. Para ello, Busquets, Xavi, Keita y una delantera sin referencias fijas formada por Messi, Pedro y, sorprendentemente, Alves. Sospecho que la idea inicial fue no alinear delantero centro fijo para desestabilizar la defensa y romper al Madrid entre líneas, aumentando los efectivos del medio campo y la movilidad de los de arriba podría conseguir muchos más apoyos para las combinaciones de pases cortos y una salida más rápida del balón al reducir la distancia entre líneas y al formar con tres hombres muy rápidos arriba, aun a costa de alejarles del área y obligarles a recorrer más metros en cada jugada ofensiva.





Aparentemente, a la vista de los primeros minutos de partido, el plan le resultó mejor a Pellegrini que a Guardiola. Los medios blancos complicaron la salida del balón haciendo perder muchos balones a los blaugrana con presión en todo el campo, sin dejar darse la vuelta a los organizadores del equipo catalán. El mecanismo de la presión blanca fue ideal, de libro, con los delanteros como primeros defensores y con la zaga muy adelantada, casi en el medio campo. Apostó fuerte Pellegrini, si contra el Barça no funciona bien una presión así te mata, si el medio del campo no impide a los pasadores levantar la cabeza su precisión junto con la velocidad de los delanteros serían letales para una defensa tan adelantada, si la defensa no es valiente y se adelanta, dejaría mucho hueco entre líneas que aprovecharían los culés para moverse con comodidad e inutilizar el esfuerzo de los medios merengues.



Y si el sistema defensivo blanco funcionó así de bien ¿por qué perdió el Madrid?



El primer motivo tiene que ver con la teoría de la manta corta que enunció el entrenador brasileño Tim, que dice que el fútbol es como una manta corta, si te tapas los pies te destapas la cabeza y si te tapas la cabeza te destapas los pies. El Madrid arrancó con un buen sistema defensivo, pero la línea de medios apenas apoyaba a los delanteros, lo que es especialmente grave en un equipo donde los dos delanteros (Cristiano e Higuain) arrancan normalmente muy abiertos, con mucha distancia horizontal entre ambos y, además, con mucha propensión a la jugada individual. Si no tienen colaboración de los volantes para llegar hasta la portería quedan enjaulados con muchos metros y rivales por delante. Además, el Barça estuvo perfecto atrás, cuando parecía que el duelo sería Puyol - Cristiano, apareció Pique para secar al portugués. Higuain por su parte empieza a dejar dudas en los partidos grandes, tal vez solo sea casualidad, habrá que seguir observándole. La entrada de Guti y la necesidad por el resultado le dió más llegada al equipo, eso sí, a cambio de dejar más sueltos a los medios del club catalán.


Pero el motivo fundamental de la victoria azulgrana es mucho más profundo y antiguo que las simples lecturas tácticas, se empezó a fraguar hace ya más de 20 años y se importó desde Holanda. Se llama ESTILO PROPIO y se lo regaló Cruyff cuando tomó los mandos del banquillo. "El flaco" impuso un libreto propio holandés, el "Dream Team" se pareció mucho al mejor Ajax o a la "naranja mecánica" en la que se convirtió su selección con él como jugador. No solo trajo el fútbol ofensivo, de toque, con la posesión del balón como mejor argumento defensivo

EL FÚTBOL QUE ME GUSTA

Hay una verdad incuestionable a la vista de la publicación de este blog, me gusta el fútbol. Cuando miro atrás no recuerdo en qué momento de mi vida empecé a disfrutar con el deporte de la pelota, tal vez, como ahora hace mi hijo, con solo un año ya le daba patadas y corría detrás de cualquier cosa que rodara (como sigo haciendo ahora que ya cumplí 31), y supongo que, como ahora hago yo con mi hijo, sería mi padre quien avivó mi gusanillo futbolero, que fue creciendo con los interminables partidos con los amigos del colegio, los fines de semana escuchando el "Carrusel deportivo" y los encuentros de cualquier competición y categoría que con la fe y devoción de un fraile de clausura he seguido por televisión (y aun sigo, solo que ahora la fe y la devoción corre por cuenta de mi amada esposa).

Aunque a veces me dejaré llevar por la nostalgia, mi intención en este blog es la de hablar de cosas actuales, de lo que el futbol me vaya haciendo reflexionar cada día, pero por ser la primera entrada espero que ningún lector tenga problema con que haga un repaso rápido del fútbol que he vivido hasta ahora, que será parecido a lo que hemos visto todos en los últimos años.
Nací en 1978, pero mis primeros recuerdos, muy confusos aun, son del Mundial 82, cuentan que ya entonces me sentaba delante de la televisión viendo los partidos. Yo entonces no era capaz de percibirlo, pero fue un Mundial en el que la belleza, representada por una gran selección de Brasil, quedó relegada por los dos máximos exponentes del fútbol práctico, los dos finalistas, Italia y Alemania.

Desde entonces hasta ahora se agolpan los momentos, seguro que me dejo muchos, pero recordaría la Eurocopa del 84 con la falta de Platini y el error de Arconada, el Mundial de México con Maradona elevando su mano y sus pies al Olimpo y Eloy haciendo chocar a España contra Pfaff, de la Eurocopa del 88 nunca podré olvidar el primer gol de la final, una mágica volea de Van Basten, el Mundial 90 mostró un Maradona genial pero disminuido por las patadas de los rivales, Alemania, tirando de su oficio habitual ganó y Camerún puso la nota de color. La Euro del 92 en Suecia fue el último gran evento al que faltó España y el torneo de la sorpresa de Dinamarca, invitada a última hora tras la sanción a Yugoslavia. Pero ese año trajo buenas noticias para España, el nacimiento de la Quinta del Cobi y el oro olímpico. El Mundial del 94 llevó el fútbol a los Estados Unidos y a la extraña selección del agrio Clemente la mandó a casa un codazo de Tassotti a Luis Enrique, justo castigo para Italia fue su derrota en la final por penaltis ante Brasil, donde brilló el extraordinario Romario. En la Eurocopa del 96, la local Inglaterra nos frenó en los penatis, igual que con ellos haría la eterna Alemania, que con su fútbol de martillo pilón levantó el título ante la emergente Chequia. El Mundial del 98 trajo el triunfo local de Francia aferrada al fútbol de seda de Zidane ante el desvanecimiento de Ronaldo, que arrastró a Brasil a una pobre actuación en la final. Para España fue un Mundial triste, preludio del cese de Clemente que ponía fin a una tensión casi insoportable. La Euro 2000 en Holanda y Bélgica refrendó el dominio de Francia, aunque con menor brillo. Ante los campeones cayó España en los consabidos cuartos, con un penalti fallado por Raúl cuando el tiempo agonizaba. El Mundial de 2002 viajó a Corea y Japón, mostrando un Ronaldo brillante, pese a su horrible peinado, que desactivó el habitual poderío alemán. Para España fue una oportunidad perdida por culpa de Al Ghandour y su terrible arbitraje ante la local Corea, resultado, volvimos a caer en cuartos. Peor recuerdo fue la Euro 2004 en Portugal, donde no pasamos de primera ronda y, donde con un nivel de juego general bastante bajo, Grecia impuso su orden ultradefensivo de forma sorprendente. Tampoco el Mundial de 2006 de Alemania fue demasiado bueno para el fútbol ofensivo, aunque en España se empezó a vislumbrar el estilo que ahora caracteriza nuestro juego. Ganó Italia, con Cannavaro como estrella, en una final ante Francia marcada por la fea despedida de Zidane del fútbol. El último gran evento, antes del inminente Mundial de Sudáfrica, fue la gloriosa Eurocopa del 2008 en Austria y Suiza, donde al fin fuimos campeones, logrando algo casi igual de importante, un estilo propio marcado por el dominio del balón y el juego combinativo, con el genial Xavi diseñando y Luis Aragonés tirando de oficio.


Más allá de los grandes eventos de selecciones, el fútbol de clubes también ha dejado interesantes momentos. Desde la Quinta del Buitre y el ultratrabajado Milan de Sacchi, el Dream Team del Barça donde Cruyff nos enseñó que otro fútbol es posible, sobre todo cuando tienes un centrocampista como Guardiola, el Atleti del doblete con Antic descubriendo a Pantic y Kiko haciendo juegos de manos con los pies, Ronaldo en Compostela, el nacimiento de Raúl y su inigualable capacidad para encontrar el gol, el Madrid acabando con su maldición en la Copa de Europa, el ordenadísmo Valencia de Benítez, Cúper o Ranieri, el renacer Europeo de equipos como la Juventus, Manchester, Bayern o Ajax, la final de Heysel, la sanción a los ingleses, Cantona, Gasgoigne, Ian Wright, Collina levantando a los jugadores del Bayern y el Manchester levantando la Copa de Europa, el zapatazo de Koeman, el gol de Mijatovic a la Juve, Zidane dibujando una volea o Iniesta batiendo a Cech. Los dos añitos en el infierno y el nacimiento de Torres. Los 5-0 de Laudrup llevó en su maleta de Barcelona a Madrid, otros cambios de acera como Luis Enrique, Figo o Ronaldo. La evolución del Barça posterior a Cruyff, con Van Gaal, Rijkaard y Guardiola mejorando a su antecesor. El Madrid de Florentino y la invención del "galáctico", de Beckham a Cristiano y la creación del mito mediático, tan lejano de aquellos tiempos de Mágico González. Hasta llegar al gran Barça de Messi, de los seis títulos y de los seis goles en el Bernabéu.
Con todas estas piezas y muchas más que me he dejado por el camino y que irán renaciendo del fondo de mi memoria en nuevas entradas estará hecho este blog. Os invito a todos los que lo leáis a que añadáis vuestros momentos.
Espero que os guste, lo mejor está siempre por venir.