sábado, 26 de enero de 2013

¡Qué bueno que viniste!


Hace poco más de un año, un Atlético de Madrid con un nivel de melancolía incluso superior al habitual aprovechaba el descanso navideño para despedir, con pocas lágrimas a un Gregorio Manzano que semanas antes había perdido el timón del equipo. El elegido fue Simeone y, un año después, la diferencia es más que notable. Pero esa pulsión autodestructiva que siempre acompaña al Atleti hace que surjan rumores de problemas para la renovación del argentino.

Fruto de la deriva causada por un entrenador en el que nadie creía, al iniciarse 2012 los colchoneros vagaban por la Liga con pocas esperanzas de conseguir clasificación europea y malgastaba una plantilla construída algo tarde (Falcao llegó con la temporada empezada) pero que había resultado ilusionante. La guinda fue la vergonzosa eliminatoria copera en la que cayó contra el Albacete. Para resucitar el cadáver se contrató al Cholo Simeone, un personaje sobradamente querido que aglutinara a una afición que cargaba contra el palco y espoleara a los jugadores. Cumplió. Los jugadores volaron en esa segunda mitad de curso, que acabó con la Europa League en el bolsillo y con una remontada en Liga que a punto estuvo de llevarle a puestos de Champions.

Arrancó la presente temporada a orillas del Manzanares con la estabilidad que dio poder mantener a casi todos los jugadores importantes (solo faltó Diego) y eso se notó en la confianza del equipo, se logró la Supercopa vapuleando al Chelsea y se ha firmado la mejor primera vuelta de su historia destacando sobre todo por lo que siempre le faltó a este club: TRANQUILIDAD

El Atleti es un equipo que resuelve a su favor los partidos igualados, que domina el ritmo del juego. Pero la nube de la "fuga de talentos" es la única que el Cholo no ha podido disipar y esa parece la discordia que puede enfriar la renovación del contrato del argentino.

Simeone merece el máximo esfuerzo posible por parte del club para que no se le deshaga el equipo, ha demostrado saber responder con creces cuando se le deja poder de decisión, de ahí que la tarea principal de la directiva deba ser renovarle, cumpliendo casi cualquier exigencia que presente para ello. Parafraseando un lema muy de moda últimamente Keep calm and trust on Cholo.