viernes, 8 de abril de 2011

GUARDIOLA NO SE FÍA

Cuando la final de la Copa tomó la forma de un Madrid - Barça, todos recordamos que por fechas iba a coincidir con la misma semana del duelo en Liga. Alguno ya aventuraban entonces lo que el caprichoso destino de los sorteos y esa facilidad que tiene el fútbol para rizar el rizo hicieron realidad, en caso de encontrarse en las semifinales de Champions tendríamos cuatro Clásicos en apenas 15 días.

Pues aquí estamos, a las puertas de los que probablemente sean las semanas con mayor potencial mediático del fútbol español en su historia. Cuatro partidos, tres competiciones, tres estadios, tres ciudades, dos equipos y millones de corazones en vilo desde mediados de Abril hasta primeros de Mayo. Seguramente el Sporting, al ganar en el Bernabéu, ha descafeinado el primero de los duelos. La brecha de ocho puntos parece insalvable para los merengues, aunque personalmente no creo que esto reste emoción al primero de los duelos de esta histórica serie. Además, en el momento decisivo de una temporada como esta, con ambos grandes jugándose cara a cara las tres competiciones, perder el paso en los duelos directos podría suponer un golpe para los culés que, aunque es un escenario complicado según lo visto hasta ahora, les pudiera hacer tambalear su ventaja en Liga. Como muestra, valga el equipo galáctico del Madrid que perdió la final de Copa del 2004 contra el Zaragoza y se diluyó como un azucarillo.

Tal vez situaciones como esa u otras similares repetidas en la historia del fútbol rondan la rapada cabeza de Pep Guardiola. El joven entrenador catalán no está contento, se le nota, parece detectar un ambiente de euforia desmedida, de sentimiento de superioridad, que no le gusta nada. Los recuerdos del 5-0 de Liga en el Camp Nou, las declaraciones de Rosell, las más recientes de Valdés o la actitud de la prensa ante la eliminatoria frente al Shakhtar no cuadran con el estilo moderado y modesto que el míster ha querido imponer en sus años al frente del banquillo. Seguramente exagera cuando califica de "superequipo" al Shakhtar, igual que exageraba antes de cada uno de los seis titulos ganados hace dos temporadas, cuando decía que no se había hecho nada aun. Pero esa modestia, ese temor reverente ante cualquier rival le ha servido para mantener todo este tiempo a su equipo en tensión y para no levantar ampollas en los rivales, no facilitar que estos se hipermentalizaran antes de jugar contra el Barça, factor que no debe menospreciarse. Así, mientras el Madrid (sobre todo tras la llegada de Mourinho) ha ido granjeándose enemistades en el resto de rivales ligueros, el Barcelona, gracias sobre todo a su atractivo juego, también al hecho de tener en sus filas al esqueleto de La Roja, pero en buen grado por el "seny" de su entrenador transmitido al resto de la institución, goza de buena imagen en la mayoría de las aficiones de la Liga.

En el último Clásico se vió una muestra clara, el Barça llegó menos confiado que nunca y con cierta sobreexitación por lo que podíamos llamar el "efecto Mourinho" y el "efecto CR7", esa característica personalidad de ambos buques insignia merengues que provoca en los rivales un interés especial por ganarles. Guardiola sabe que en estos dos años les ha costado más ganar al Madrid cuanto más clara parecía de antemano su victoria, por eso está tenso, tal vez sea más una pose que una realidad, sobre todo esa idea de "verse más fuera que dentro" que lanzó antes del partido contra el Shakhtar. Esta imagen la muestra casi ante cada encuentro que parece fácil, la prensa ya se ha aprendido el truco y ha hecho broma sobre el tema, lo cual ha acrecentado el enfado de Pep, un poco sobreactuado, pero consciente de que es la mejor receta para hacer saber a sus jugadores que nada está ganado, ni siquiera la Liga. Cuatro partidos seguidos entre los mismos equipos es muy difícil que caigan todos del mismo lado, incluso aunque hubiera mucha diferencia entre ellos, que no es precisamente el caso, así que todo está por decidir, habrá lucha táctica, probablemente los entrenadores probarán cosas diferentes en algún partido para complicar a su rival, pueden aparecer lesiones o sanciones en jugadores importantes (esperemos que no), momentos de forma especialmente brillantes... o jugadores especialmente desafortunados, polémica, arbitrajes, fútbol en una palabra, FÚTBOL en mayúsculas. Nos divertiremos, aunque parece que Guardiola de momento no lo hace.

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